18.6.12

Ojalá nunca hubiese tenido que decirle adiós, ojalá que aquellas palabras salidas de su boca hubiesen servido de algo...
Había sufrido los silencios a gritos que tenía su corazón, por la noche sólo existía el recorrido por sus mejillas de ese sabor salado junto a la misma pregunta que tanto le atormentaba.. -¿a caso no había sido lo suficientemente buena para él?- pero eso jamás lo supo. Sí, al menos existía una verdad.. el tiempo. El tiempo hizo su trabajo, llegó con el olvido de los días, de las horas, de los segundo, de los recuerdos y funcionó.
Su final no fue el que estaba escrito con letra bonitas y alegres pero sí que contenía la palabra fin entre borrones y papeles mojados, quedaron sólo cicatrices que ya no dolían.. que solamente servían para recordar su pasado y el corazón más rojo que nunca y ésto la hacía sentirse más viva, más real...





Pero, ¿sabéis lo peor de ésta historia?, que la chica finalmente esperando a que la herida sanara sólo se consiguió dar cuenta de una cosa, que realmente el tiempo no sirve para nada, ni si quiera para olvidar.

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