15.4.12

Un día cualquiera, sin estar previsto le ves pasar por la calle, eres indiferente para él porque te mira y es como si no te viese, no te saluda y se hace el guay con los demás. Entonces te das cuenta de que tú nunca has sido nada para él y nunca lo serás y que has sido su juego preferido durante un rato y luego ya te dejó tirada en el fondo del armario.
Te dan ganas de odiarle, pero algo en el fondo te dice que no le odies, porque el odio hace más fuerte al amor. Y pasas la vida en un si y no, mientras él vive la suya. Y la verdad ya no me afecta, no te quiero ni te odio.. porque odiar es un sentimiento y no quiero sentir nada por tí. 



"Pensé que no podrías ser más gilipollas, pero ya ves.. me vuelves a sorprender".

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